A quienes se les ha inculcado una versión que sataniza la cultura del viejo continente, que no ha sido suficientemente neutralizada, y utiliza la bandera del yihadismo; a este pensamiento minoritario, que germina y contamina, no se puede erradicar con cualquier líquido, sino con agua y abonos de suma calidad.
No se van a limitar a reaccionar en Pakistán, Afganistán o Siria, no le es estratégicamente suficiente, necesitan subir la tensión desde Australia hasta Europa, por medio de la activación de las células dormidas o los mandatos sangrientos, y si nuestra respuesta no incorpora medidas educativas, preventivas y de explicación rigurosa de estos fenómenos, entre otros instrumentos, el problema generará, cada vez con más fuerza, movimientos proactivos fanatizados, y en el otro extremo fanáticos altamente reactivos. Ahí está el Frente Nacional, que puede casi ganar las elecciones, en Francia.
Cuidado también con la fábrica de la debilitada sociedad occidental, que ya no cree en casi nada, salvo en el dios dinero y sus devaluados acólitos.
Kechu Aramburu
Publicado en el Correo de Andalucia el 16 de Enero del 2015
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